Preguntarnos esto sería como preguntarnos…¿es peligroso vivir?
Si y no, ¿verdad?
Todo dependerá del cuidado, respeto, coherencia y veracidad con el que se trabaje.
Es probable que algunos cataloguen las constelaciones de peligrosas, de pseudoterapia, o incluso como una secta...
También es real que en la historia del desarrollo de lo que hoy si consideramos ciencias como la medicina, la psicología, la biología o la tecnología, en sus inicios también fueron
acusadas como aberraciones, experimentos sin sentido, o locuras que no llegaron lejos.
Yo trabajo con las Nuevas Constelaciones y a mí y a miles de personas nos han cambiado la vida con la ayuda de lo que nos ayudan a comprender, a ver y a tomar consciencia.
Es esencial comprender que cualquier profesional puede ser peligroso para sus clientes, si este no está al servicio de la ayuda que el cliente realmente necesita. Un profesional que
ponga por delante sus méritos, su éxito o el dinero, antes que a los clientes a los que sirve, deja de ver al cliente, para solo atender su ego. Por lo tanto, más que las constelaciones
son un peligro, las personas que ejercen un servicio que no deben, son peligrosas para el resto.
¡Saber poner límites a nuestro trabajo y a las demandas del cliente, es totalmente esencial para un buen servicio en cualquier ámbito de trabajo y aunque en ocasiones el cliente quede descontento es mejor decir que No! Antes que realizar un daño a la persona.
Voy a poner un ejemplo:
Nos imaginamos que viene a constelar “A” pidiendo una constelación para su relación de pareja que está en una fuerte crisis por culpa de “B” (la pareja) y nos pide que por favor, quiere realizar un movimiento esperando que “B” cambie de actitud. En este caso, yo como profesional NO constelaría esa demanda de “A”.
Le diría que si quiere podemos trabajar para ver que puede cambiar ella misma en su relación para que se de la transformación que necesita su relación de pareja.
Eso modificaría totalmente la constelación, de algo posiblemente peligroso a una decisión responsable, prudente y cuidadosa del profesional hacia su cliente.
Existen miles, millones formas de trabajar. Y si, por supuesto que en todo existe cierto riesgo, o es que un cirujano vascular no asume un riesgo y una responsabilidad al
enfrentarse a una operación de vida o muerte. Ese profesional se pone al servicio totalmente de la vida de esa persona para entregar lo mejor de él, para poner su alma y
amor en salvar la vida de esa persona. Otros en cambio montarán un quirófano clandestino y pondrán en riesgo las vidas ajenas, esto también forma parte de la realidad.
Tras años dedicándome en cuerpo y alma a mi propio proceso primero (y continuó haciéndolo) y después al servicio de las personas. Mi meta es acompañarlas a un bienestar, a la mejor versión de cada uno, a la conexión de quienes somos realmente, y cuando no puedo o la persona espera de mí un milagro, sé que
debo retirarme.